De las charlas y escritos de Paramahansa Yogananda:
Cuando te sientas y te sumerges en el silencio de la meditación profunda, te inunda el gozo que bulle en tu interior y que no está provocado por estímulos externos. El gozo de la meditación es irresistible. Quienes no han experimentado el silencio de la auténtica meditación no saben qué es el verdadero gozo.
Si tu progreso espiritual se halla en un estado de estancamiento o de retroceso, la práctica de la meditación en Dios o en cualesquiera de los grandes Maestros, en compañía de otros devotos, te elevará sobre ese precario estado.
Así como las nubes cubren a veces súbitamente un cielo despejado, así también las tinieblas de la lasitud espiritual nublan en ocasiones la luz del alma. En tales circunstancias, debemos disipar esos nubarrones mediante la luz del sol de las buenas compañías. Por eso insisto en la importancia de la sana confraternidad o satsanga.
La proximidad de las vibraciones espirituales de los demás tiene el poder de elevar el nivel de las tuyas. Por eso, meditar en compañía de otros devotos te ayuda a acelerar tu evolución. Ellos te inspiran a ascender los peldaños de la realización del Ser; y tú, mediante tu propio ejemplo, puedes también servirles de ayuda.
Así como una cuerda formada por muchas fibras es más fuerte que una sola hebra, de manera semejante los miembros de un grupo, al unir sus esfuerzos, fortalecen sus meditaciones.
Esta práctica fortalecerá tus propias convicciones espirituales, y comprobarás que muchas de las aparentemente insuperables barreras que hay en tu vida se desmoronarán, disolviéndose en las aguas de la meditación. Tu devoción y amor a Dios se fusionarán con la devoción y el amor de los demás, y la dicha divina que irradiará de ti ayudará a todas las personas que encuentres en tu camino.
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diciembre 20, 2022